sábado, 9 de abril de 2011

Capítulo 103: Culpabilidad y desesperación








Unos ojos empezaron a abrirse lentamente observando un techo blanco. El cuerpo sentía que estaba tumbado, relajado, sin ganas de moverse. Estaba
en un hospital.

:- ¡Hatani! ¡Has despertado!-se escuchó una voz aliviada.
:- Mmm… ¿Ki… Kiba?-contestó ella confusa, mientras Akamaru, que estaba encima de sus piernas, la saludaba.
:- Sí. Me alegra que despertaras, no sabes lo feliz que estoy-sonreía mostrando felicidad, Hatani se percató del lugar donde estaba y por ello se levantó hasta quedarse sentada, mientras Akamaru bajaba de la cama:- No Hatani, no debes moverte-

:- Tranquilo, estoy ugg… bien. ¿Qué ha pasado?-
:-¿No recuerdas nada?-
:- Sí pero… lo último que sentí fue un golpe en la nuca… después perdí la conciencia-se sorprendió al recordar algo:- ¿Quién me trajo?-
:- Por lo visto fue tu madre, estaba desesperada, decía que era por su culpa que estuvieras as…-bajó su voz pensando en que quizás no debería decirlo.
:- Ahh… ya veo…-contestó Hatani desviando la mirada y poniéndose triste:- “Entonces no fue Kabuto”-pensó abatida.
:- ¿Estás bien?-

No contestó, seguía triste recordando lo sucedido con Kabuto.

:- Hatani…-susurró poniéndole la mano en el hombro, haciendo que ella le mirara sin cambiar su estado abatido:- Lo siento. Tu madre no tiene la culpa de nada, además, lo importante es que todos habéis sobrevivido y conseguisteis rescatar a tu sensei-la animaba mostrándole al final una pequeña sonrisa.
:- No es eso… es que…-de repente sus ojos se abrieron completamente, pues había recordado algo importante.

Kiba notó que Hatani pasaba al lado suyo rápidamente para salir del cuarto, él se giró asombrado para luego reaccionar y seguirla. Hatani corría desesperadamente con su camisón largo y su cuerpo todo vendado excepto la cara. Las heridas estaban curadas, pero no debía esforzarse, pues se podían abrir otra vez.

:- ¡Hatani! ¡¿A dónde vas?!-la seguía Kiba, corriendo con su clásica vestimenta, pero sin ninguna camiseta debajo de la chaqueta, y no tenía la capucha puesta.

Por el pasillo, Hatani se encuentra con su madre, se sorprendió y dejó de correr quedándose frente a ella.

:- ¡Mamá!-
:- ¡Hatani! ¿Qué haces aquí? Deberías estar reposando-decía enfadada:- Ahora mismo iba a ir a visitarte. ¿Por qué estás aquí?-
:- Mamá, ¿dónde está Zeraus sensei? ¿Está bien? Quiero verle-preguntaba preocupada mientras Kiba se paraba detrás de ella.

:- Ahora no puedes visitarle. Vuelve a la habitación y descansa-ordenaba.
:- ¡No! ¡Quiero ver a Zeraus sensei! ¡Quiero saber cómo está!-
:- No me grites Hatani. Volvamos a la habitación-seguía seria.
:- ¡No! ¡Quiero verle!-
:- ¡Hatani no seas pesada! ¡Vuelve a la cama a recuperarte!-
:- ¡Yo estoy perfectamente!-intentó pasar pero Makana la agarró:- ¡Suelta! ¡Déjame verle!-

:- Hatani cálmate-intervino Kiba incómodo por la situación, pero no surgió efecto.

:- ¡Hatani deja de comportarte así y obedece! ¡Ahora no podemos ir a visitarle!-
:- ¡Suelta! ¡Suelta! ¡Zeraus sensei! ¡Quiero verle! ¡Déjame ver…!-fue interrumpida por un bofetón de su madre, provocando un incómodo silencio.
:- Vuelve en ti Hatani. Recupera la compostura. Esto es un hospital. No podemos visitar a Zeraus ahora. ¿Lo entiendes? Así que vuelve a la habitación. Y esta vez obedece-dijo seriamente.

Hatani con la mirada desviada, empezó a sentir rabia por dentro, sus ojos empezaban a llenarse de lágrimas y, para evitar llorar delante de todos, salió corriendo de allí.

:- ¡Hatani espera!-gritaba Kiba volviéndola a seguir mientras Makana la observaba tristemente, pensando:

:- “Esa actitud… no puede ser… Hatani”-

Los médicos intentaron atraparla pero Hatani no se dejaba y salió del hospital por la ventana, Kiba la siguió evitando lo mismo. Era por la tarde, Hatani corría hacia el bosque, sin saber a dónde ir.

:- ¡Hatani! ¡Hatani! ¡Para! ¡¿A dónde vas?!-

Sin escucharlo Hatani tropezó con una piedra y cayó boca abajo, se levantó costosamente para continuar, pero llegó Kiba y la agarró por el brazo, sin hacerle daño.

:- Hatani, para. ¿Qué te pasa?-
:- ¡Déjame! Snf…-se soltó para darle la espalda y ocultar sus lágrimas:- Vete…-

Kiba se sentía incómodo, estaba viendo a una Hatani distinta de lo habitual, aun así no se rindió.

:- No te preocupes… seguro que Zeraus sensei se pondrá bien…-intentaba animarla:- Por lo que escuché es muy fuerte, así que no morirá tan fácilmente-
:- ¡Ya lo sé! ¡Eso ya lo sé! Es que… es que… snf…-
:- ¿?-la miró confuso.
:- Vete Kiba… snf por favor… olvídate de mí-al oír esto Kiba se sorprendió, eso no era propio de Hatani, al contrario, ella deseaba que la atendieran, que estuvieran a su lado, que la quisieran, pues había sufrido mucho de pequeña, entonces, ¿por qué esto? Era lo que pensaba Kiba. No aguantó ese “dolor” interior y la agarró por los hombros para girarla y mirarse de frente.
:- Escúchame Hatani, no vuelvas a pedirme eso-le dijo seriamente sorprendiendo a la Uchihuga, él también se sorprendió al ver la gran tristeza que mostraba ella en sus ojos:- Tsk… ¡No eres la Hatani de siempre! ¡¿Qué te ha pasado?! ¡Esto es algo más que Zeraus sensei! ¡Cuéntamelo, Hatani!-al ver que no contestaba, se calmó a la vez que se entristeció:- Puedes confiar en mí… somos amigos ¿no? Puedes desahogarte conmigo-

Hatani sintió algo que le recordó a Kabuto, por eso una parte de ella se alertó y pensaba que debía desconfiar, pero por otra parte sabía que a quien tenía delante no era a Kabuto, sino a Kiba. Por eso le abrazó profundamente mientras lloraba, deseando mentalmente que no la interrumpiera.

:- Fue horrible… snf… el rescate… snf… ¡Ha sido horrible! ¡Zeraus sensei ha sufrido mucho! ¡Akor no paraba de sangrar ni de gritar! ¡Roy estaba tan… snf… tan desesperado! ¡Y Yakuri… Yakuri ha…! ¡Y todo por mi culpa! Snf… ¡Yo no conseguí salvar a Zeraus sensei! ¡Lo hizo mi madre! Snf… ¡Yo tenía que ayudarles! Snf… ¡Si hubiera ido directamente a por Zeraus sensei… no le habría escuchado gritar! Snf… ¡Y si gritó… es porque realmente no podía soportar el dolor que estaba sufriendo! Snf… ¡Roy… Roy ya estaba asustado antes de pelear con Shunko! Snf… ¡Y aun así… dejé que peleara con él! ¡Mientras sufría la técnica… estaba tan desesperado! Snf… ¡Debí haberlo evitado! ¡Luego Akor…! snf… ¡Yo quería protegerle! Pero… ¡al final él me protegió a mí! ¡Por eso Yakio no paraba de hacerle daño! ¡Incluso Akor suplicó por mi vida! Snf… ¡Y Yakuri...! Yo… ¡La maté! ¡Era un plan para vencer a Atoka! Pero… ¡Yo no quería hacerlo! ¡No quería! ¡Y aun así la maté! Snf… ¡Todo fue espantoso!-
Kiba no podía creerse lo que estaba escuchando. Hatani seguía soltando lágrimas sin parar.





:- ¿De verdad… has vivido todo eso? Y estas horribles heridas…-Kiba sentía un gran dolor en su corazón y cerró los ojos de tristeza:- “Tu sufrimiento ha sido lo peor… has sufrido una tortura física y psicológica al mismo tiempo… tsk… Hatani”-sin dejar de abrazarla empezó a hablarla suavemente:- Escúchame Hatani… tienes que seguir adelante… sé que lo que te ha pasado ha sido horroroso y ojalá eso me hubiera pasado a mí en vez de a ti…-al oír esto ella se sorprendió:- pero no puedes venirte abajo ahora… eres fuerte, por eso sé que podrás superarlo, yo en tu lugar habría perdido tanto el control… tienes que calmarte, todo irá bien a partir de ahora, no pierdas la esperanza-

:- Kiba…-susurró feliz por esas palabras.
:- Hatani… no te preocupes… yo estoy a tu lado… jamás te abandonaré-susurró sonrojándose.

Entonces Hatani sufrió otro aviso de desconfianza, viniéndole en la imagen el origen de la traición, Kabuto. Siendo la segunda advertencia, no lo ignoró.
:- ¿Cómo lo sabes?-preguntó seria, Kiba se sorprendió:- ¿Cómo sabes que no me abandonarás en un futuro?-
:- ¿Eh? Pues…-
:- No lo sabes, ¿verdad?-dejó de abrazarle para mirarle enfadada.
:- Pero, ¿a qué viene esto? Claro que no lo haré-decía confuso.
:- ¡No hagas eso!-se apartó para luego señalarle:- ¡No digas que no lo harás cuando en un futuro es posible que lo hagas!-
:- ¿De qué estás hablando? ¿Por qué iba a abandonarte? ¡¿Por qué iba a traicionarte?!-
:- ¡No lo sé! ¡Tú tienes tus motivos! ¡Y realmente no sirven como excusas!-su mirada se volvió perdida.
:- ¿Qué? ¡No entiendo nada de que lo que estás diciendo! ¡¿Por qué dices esto de repente?! ¡Te dije que podías confiar en mí!-
:- ¡No! ¡Siempre haces lo mismo! ¡Te ganas mi confianza y luego la destruyes! ¡Y eso lo haces muchas veces provocándome muchas dudas sobre ti!-
:- ¡¿Pero de qué estás hablando?!-Kiba no entendía nada, pero comprobó que Hatani no le estaba hablando a él, a pesar de dirigirse a su persona.

La Uchihuga seguía mirándole furiosa con las lágrimas cayendo sin cesar, Kiba suspiró para calmarse y así intentar calmarla a ella.

:- ¿Por qué? Snf… ¡¿Por qué me haces esto?!-gritó desesperada haciendo que Kiba no se calmara y sintiera un fuerte dolor en la cabeza y recordara la tortura de Shunko. Por ello empezó a gritar poniéndose las manos en la cabeza. Hatani paró de llorar sorprendiéndose:- ¿Ki… Kiba?-reaccionó al fin de quién estaba delante:- ¡Kiba!-

2 comentarios: