lunes, 16 de agosto de 2010

Capítulo 90: Salvando a Roy. Las consecuencias de la distracción de Akor


Mientras Hatani corría, Roy mostraba unos ojos traumatizados, no parpadeaba, tampoco lloraba, sin embargo en su mente gritaba con todas sus fuerzas expulsando lágrimas sin parar. Shunko se dio cuenta de la Hyûga y colocó a Roy (sin soltarlo) delante de él.
:- No te acerques, como intentes quitarme el placer… le mato-amenazaba Shunko haciendo que Hatani parara quedándose a un metro de distancia.
:- Maldito… ¡Eres un cobarde!-
:- Ja, di lo que quieras pero no intentes nada, sino… -miró a Roy sonriendo. 

:- “¿Qué puedo hacer? Tengo que salvar a Roy… está sufriendo mucho”-pensaba Hatani buscando un plan mirando a su compañero.

En la mente de Roy continuaba llorando sin parar mientras el fondo volvía a ser rojo, entonces vio cómo desaparecía la madre, ya muerta.
:- ¡No! ¡No! ¡No te vayas! ¡Mamá! Snif- intentaba tocarla pero la traspasaba.
:- Je, bien hecho Roy… se nota que eres mi hijo-decía el padre sonriendo mientras también desaparecía.

Roy siguió llorando pero esta vez en silencio, apretaba fuertemente los dientes mientras miraba la total desaparición de su madre.
:- ¿Por qué? Snif… ¿Por qué tuvo que pasar todo esto?-decía sin dejar de caerle las lágrimas. Entonces desde el exterior, los ojos de Roy (que seguían sin parpadear) empezaron a llenarse de agua.

:- ¿Roy?-se sorprendió Hatani.

:- Mamá…-dicho esto, Roy, tanto el que está en la mente como el actual, cerraron los ojos haciendo que las lágrimas volaran, mostrando una gran culpabilidad:- …lo siento-

Entonces Hatani abrió completamente los ojos…

Flash de recuerdos“Star”

Hace cuatro años… encerrada en su habitación y arrinconada en una pared… llorando… 

:- Snf… snf… Yumi… Yumi…-repetía mirando a la pared:- ¡¡LO SIENTO!!-gritó cerrando los ojos con rabia esparciendo sus lágrimas, mientras llevaba su cara a las rodillas.
Flash de recuerdos“Finish”

Los ojos de Hatani se convirtieron en los del Tôkaibutsu. Cerró fuertemente los puños mientras le recorría su chakra amarillo por todo su cuerpo. Apretaba fuertemente sus dientes mientras le crecían un poco los colmillos.

:- Ni se te ocurra acercarte…-le advertía Shunko percatándose del peligro:- … sino lo matar…-
:- ¡¡No te dejaré!!-dicho esto su gran velocidad hizo que apareciese inesperadamente entre Shunko y Roy, agachada.
:- ¡¿Q…?!-
:- ¡Deja de torturarle!-sin dejar de que Shunko reaccionara, usó un potente giro celestial, mezclado con su chakra amarillo, haciendo que el radio fuese aún mayor. Así, envió a Shunko muy lejos del campo de batalla, al igual que Roy, pero fue cogido a tiempo por Hatani, quien lo acostó en el suelo:- ¡Roy! ¡Roy!-le llamaba mientras le desaparecía el chakra y sus ojos volvían a la normalidad.

En la mente de Roy, se veía que el fondo empezó a desparecerse alrededor del niño, éste se asustó e intentó huir, pero su espacio era cada vez menor, entonces se sentó con la cara en sus rodillas, asustado y llorando.

:- ¡Roy! ¡Roy! ¡Despierta! ¡Por favor!-gritaba Hatani viendo que Roy seguía con los ojos cerrados y llorando.

:- Snf… ¿Quién…?-escuchaba Roy las voces de Hatani en su mente pero no se atrevía a abrir los ojos del miedo que tenía. Entonces sintió que su cuerpo desaparecía, pero siguió llorando. 
:- ¡Roy! ¡Soy yo Hatani! ¡Por favor despierta!-se desesperaba cada vez más.
:- Snf… ¿Hatani? Yo no la conozco… no pienso mirar… tengo miedo-decía el niño Roy sin moverse, ya sus pies habían desaparecido, pero a él ya le daba igual. Entonces imaginó inconscientemente a una Hyûga sonriendo, era Hatani cuando apenas habían formado el grupo.

:- Roy…-decía Hatani ya rendida mientras le salían las lágrimas:- No… snf… ¡Por favor Roy! ¡¡ABRE LOS OJOS!!-

Entonces el niño Roy levantó la cabeza con los ojos abiertos del asombro, se sintió que tanto sus pensamientos como su cuerpo crecían volviendo a la actualidad.
:- Hatani…-fue lo último que dijo tras desaparecer por completo.

Los ojos de Roy se calmaron, dejando de llorar, y se abrieron lentamente, entonces vio a su compañera.

:- ¿Roy? ¡Roy!-se alegró Hatani abrazándolo fuertemente.

Mientras, Akor se levantaba aguantando el dolor de sus órganos heridos, cuando estaba de pie, sus dolores se fueron. 

:- “Ya se me fueron los dolores, debo aprovechar ahora antes de que vuelvan”-pensaba mirando a Roy quien ya había sido salvado:- “¡Roy ya está a salvo! Menos mal…”-sonrió pero luego apareció Yakio delante de él preparado para cortarle la mandíbula con su shuriken, sin embargo el pelirrojo reaccionó a tiempo y dio una voltereta hacia atrás para esquivarlo:- “Gracias a Hatani, Roy está a salvo… pero… ¿qué pasó con Atoka?”- pensado esto miró donde se encontraba Yakuri mirando fijamente a la Hyûga traicionera:- No puede ser… ella es…-dijo Akor sorprendido.

:- ¡Deja de distraerte!-intervino otra vez Yakio corriendo hacia él para volverle a cortar.

Akor reaccionó y saltó esquivando el ataque, luego observó que Yakio se convirtió en polvo y se dirigió hacia él, entonces el pelirrojo formó sellos.

:- ¡Muro de chakr…! ¡Aaahhh!-no pudo realizar la técnica ya que le volvieron los dolores de sus órganos, entonces sintió varios pinchazos, gritó más del dolor y recibió una patada de Yakio, quien apareció después, impactándole contra el suelo.

:- ¡Yajajaja! ¡Intestino delgado, herido! ¡Intestino grueso, herido! ¡Riñón izquierdo, herido! ¡Riñón derecho, herido! ¡Hígado, herido! ¡Yajajaja!-
:- Mierda…no he conseguido protegerme a tiempo-decía Akor intentándose levantar, pero solo pudo levantar una pierna mientras la otra seguía apoyada en el suelo, empezó a jadear.
:- Eso te pasa por distraerte demasiado. Ji, ji-sonreía lamiendo un pincho que tenía en un dedo:- Has estado pasando de mí todo este tiempo… ya sé que dije que yo aprecio el compañerismo…pero-preparó el shuriken:- ¡No por ello tienes que ignorarme!-dicho esto lo lanzó hacia la cara de Akor, éste lo esquivó desviando un poco la cabeza. Tras esto, sintió un fuerte dolor en la cabeza, un dolor aún mayor que todos sus órganos heridos juntos.

Sintió su cuerpo caer hacia atrás desplomándose en el suelo. Empezó a gritar poniéndose las manos en la cabeza, mientras Yakio disfrutaba de su sufrimiento.

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