domingo, 5 de diciembre de 2010

Capítulo 99: Los recuerdos de despedida

Un poco lejos de donde Hatani salió de la técnica torturadora, se encontraba Atoka inconsciente tras los impactos que sufrió con aquella onda expansiva.


Flash de recuerdos“Star”

:- Fíjate cariño… ¿A que es preciosa?-decía una orgullosa mujer mientras sostenía un bebé en sus brazos.
:- Sí mi amor… es una niña maravillosa… ha sido una buena idea traerla al mundo-acariciaba el marido al bebé.
:- Sí… una gran idea… Atoka Hyûga-

Días después, el bebé lloraba por la noche cada cierta hora… como siempre.

:- ¡Ay Dios! ¡Es insoportable! ¡Cariño ve tú! ¡Yo quiero dormir!-se tapaba la madre con la almohada la cabeza para no escuchar los llantos.
:- ¡De eso nada! ¡Además, ¿cómo voy a hacerlo?! ¡No puedo darle del pecho!-se quejaba el padre:- ¡Levántate de una vez y cállala!-
:- Aahh… está bien…-se levantaba con mala gana:- Más te vale que todo esto sirva de algo… sino me empezaré a cansar…-

Años después, cuando Atoka tenía tres años…
:- Mamá, mamá... vaos a juar-la llamaba alegremente.
:- Ahora no Atoka, tu padre y yo nos iremos a bailar por ahí-decía mientras se arreglaba haciendo que Atoka refunfuñe:- ¿Por qué no juegas con los peluches?-
:- S que… ya m cansé de llos-
:- Oh, vale… ¡Cariño! ¡La niña ya se cansó de los peluches!-
:- ¡Voooyy!-apareció el padre con juguetes nuevos en sus brazos:- ¿Quién quiere estrenar nuevos juguetes?-
:- ¡Yo, yo, yo!-entonces recibió los juguetes mientras los padres se iban a divertirse.

Tiempo después…

:- Papá, mamá…-les llamaba mientras ellos charlaban.
:- ¿Qué quieres Atoka?-preguntó el padre.
:- Ya m cansé de tos juetes…-
:- Pues deshazte de ellos-contestó la madre haciendo que la niña tirara todos los juguetes a la basura y recibía otros nuevos.

En otro lugar…

:- Mamá, papá, no quiro más comida-
:- Pues deshazte de eso-le decía mientras se iba con el marido a divertirse por ahí.

A los cuatro años…

:- ¿Po qué Atoka? ¿Po qué no quires juar más conmigo?-decía tristemente un niño.
:- Poque ya m cansé de ti… -le miraba Atoka fríamente.
:- Peo somos amigos desde hace mucho timpo. Somos de la mima rama-
:- Da gual, yo ya me burro contigo…-dicho esto le dio la espalda mientras se iba fríamente, luego se giró para sonreírle malvadamente:- Hata nuca-
Poco antes de Atoka cumplir cinco años…

:- ¿Y a dónde vamos?-preguntó el padre.
:- ¡Yo qué sé! ¡A cualquier sitio!-contestaba la madre mientras se preparaba.
:- ¿Y por qué llevar a cabo la misión?-
:- Agg ¡Serás tonto! Ya deberías saber que desde aquí no podemos escaparnos por culpa de los de la rama principal. Lo mejor es realizar la misión, enviar el resultado por correo y largarnos. No sé tú, pero yo paso de continuar siendo una esclava para ellos-
:- Yo también estoy harto… por culpa de esta marca-decía mientras se tocaba la frente.
:- ¿Mamá, papá?-apareció Atoka confusa.

:- ¿Qué hacemos con la niña?-preguntó el padre nervioso.
:- ¡Dejémosla! Ya me harté de cuidarla. Total, será otra esclava de la rama principal-dicho esto salió de la casa.
:- Sí, yo también me cansé de ella-concluyó también el padre siguiéndola, dejando sola a su hija.

Atoka recordó las últimas palabras de sus padres (“ya me harté de cuidarla//yo también me cansé de ella”).

:- No… snf… ¡No! ¡Mamá! ¡Papá!-intentó seguirles pero ya no los veía, miró por todos lados sin ningún resultado, comprendiendo que la habían abandonado. Miró hacia su casa pensando en regresar, pero recordó algo (“Total, será otra esclava de la rama principal”), y entonces se fue corriendo de allí, alejándose incluso de Konoha, corriendo sin parar mientras se desahogaba llorando.

Tras un par de días llegó a la Villa Oculta de la Cascada, quedándose allí y viviendo en la calle, encaprichándose de algo y deshaciéndose de ello cuando se aburría. Así hasta los seis años, cuando se encontró con alguien.

:- Hola, ¿qué haces?-se acercó una niña rubia de ojos azules interesada.
:- Nada, lárgate-le contestaba sin mirarla mientras jugaba con una piedra.
:- ¿Estás jugando con una piedra?-
:- Sí, pero por tu culpa ya me cansé de ella-dijo tirando la piedra.
:- Qué ojos más raros tienes, ¿qué eres?-
:- Soy del clan Hyûga, lo de los ojos blancos es muy normal en nosotros-
:- Ahh… oye, ¿Y tus padres?-
:- Se cansaron de mí-decía alegre encaprichándose de un palo y jugando con él.
:- ¿Eh? ¿Quieres decir que estás sola? ¿No te aburres?-se extrañó.
:- Claro que no idiota, puedo jugar y hacer lo que me dé la gana, y si me canso de algo, me deshago de él-chuleaba.
:- ¿A sí? ¡Qué suerte! ¡Ya sé! ¿Y si nos hacemos amigas?-
:- ¿Para qué? Yo ya me divierto sola, aunque ya me cansé de este palo-dijo tirándolo.
:- Vengaaa… no seas así, juro que nos divertiremos mucho-la abrazó juguetona: Por fa, por fa, ¡por fa!-
:- ¡Qué pesada!-suspiró:- Está bien, pero en cuanto me canse me deshago de ti-
:- Je, je, eso no va a pasar. Porque seremos amigas para siempre-dijo cruzando su dedo meñique derecho con el dedo meñique del izquierdo de Atoka.
:- ¿Eh? ¿Amigas para siempre? ¿Y eso qué es?-dijo extrañada.
:- Sí, significa que siempre estaremos juntas y que una nunca abandonará a la otra, pase lo que pase. Es como cuando se casan las personas, están juntas hasta que la muerte los separe. Ji, ji-
:- ¿Juntas… para siempre?-
:- Ya no puedes dar marcha atrás, hemos cruzado nuestros dedos, es decir, es una promesa y debes cumplirla-
:- ¿Eh? ¡Pero eso no vale!-dijo molesta.
:- Ja, ja vamos a mi casa, te presentaré a otra amiga, se llama Yumi. También era una solitaria como tú. Jugaremos las tres juntas-
:- …-la miró sorprendida.
:- ¡Vamos Yuga!-corría hacia su casa.
:- ¡No es Yuga, es Hyûga! ¡Y me llamo Atoka! ¡Idiota!-la seguía molesta aunque en el fondo sentía alivio, pues había encontrado un juguete más duradero.

Flash de recuerdos“Finish”

Unos ojos blancos se abrían lentamente mientras recuperaba la consciencia.

:- ¿Mmm? Pero… ¿a qué vino… esos recuerdos?-susurraba para ella confusa, hasta que de repente su mirada parecía haber descubierto algo:- “No puede ser… ¿Esto significa que…? No. No quiero… ¡No quiero!”-su mirada se volvió loca levantándose rápidamente aumentando su poder.

Yakuri terminó de hablar con Hatani y se dirigía hacia donde había sido expulsada Atoka. Hatani, sin embargo estaba quieta, pensando en el plan, confusa, dudando.

De repente Yakuri sintió algo pasar rápidamente al lado de ella, se sorprendió bastante abriendo completamente los ojos, entonces miró hacia atrás viendo cómo Hatani era golpeada potentemente en la mandíbula siendo lanzada muy lejos de allí. Atoka apareció en el lugar donde estaba Hatani antes, mostrando una gran cantidad de chakra del sello maldito. Su mirada era terrorífica.

:- Yo…-decía con mucha rabia:- ¡No quiero MORIR!-

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